domingo, 12 de junio de 2011

mi artículo

Época de felicidad.
        
  Me gusta presumir de ser una chica con gran memoria, y sorprender a todos cuando alguien dice alguna cosa que pasó hace mucho tiempo y que no se acuerda bien como sucediera aquello, entonces yo suelo decir lo que le falta a esa historia sin comerme ningún tipo de detalles. Pero claro, en estas conversaciones no puede faltar alguien que diga ¡Ha si yo  me acuerdo! Y como no me gusta que me interrumpan mientras yo hablo  dejo que siga la conversación, aunque después de empezar a contar como sucediera la historia diga: ¡ha no, sigue tu que la verdad es que no me acuerdo bien!, y la historia sigue siendo narrada y el nombre de esa persona no aparece en ningún momento en lo que se cuenta. Pero bueno me estoy desviando demasiado del tema de lo que yo os iba a hablar.
            El caso es que en alguna de estas múltiples conversaciones con los amigos del bar de siempre uno de ellos me pregunto si me acordaba aquella vez que fuimos un día antes de navidad al centro comercial a ver la película que se estrenaba en el cine, y yo empecé a contar lo sucedido ese día.

            Pues era un 24 de diciembre, hacía frío y fuimos al cine, la película estuvo genial,solo que como ese día era nochebuena el precio de la película nos costó el doble de lo normal. Cuando salimos no teníamos ganas de volver para casa, así que decidimos ir al hipermercado a comprar algo para comer.
Bajamos a la planta baja de los grandes almacenes, ya que era el lugar donde estaba la tienda de comestibles, cuando llegamos abajo, como era de esperar, dado la fecha que era, había mucha gente haciendo las últimas compras, alguna gente aún empezaba a hacerlas ese mismo día, bueno supongo que es algo normal todos tenemos que ser un poco vagos.
Como teníamos tiempo de sobra y no teníamos prisa fuimos a la sección donde están los aparatos electrónicos. Siempre solemos ir allí porque en los juegos electrónicos siempre tenemos muestras para probar y si nos gusta comprarlo. Pero ese día no pudimos perder el tiempo jugando a eso porque como también era de esperar estaban ocupados, por niños, los cuales estaban solos y sus madres, padres, abuelas y abuelos los habían dejado allí mientras ellos hacían las compras que no hicieran antes, porque sino les iban a molestar. Pues nada que decidimos ir a ver el precio de las máquinas de fotos digitales, la mía se había roto hace poco y fui a ver si había alguna oferta interesante.
Mi amiga vio una cámara que le gustó mucho, lo que pasa es que hace tan solo un mes se compró una, por lo tanto no le interesaba coger otra. Al lado nuestra estaba una madre con su hija de diez años, la niña vio una cámara rosa con el logotipo de Hello Kitty, una de las marcas que al parecer les gusta mucho a las niñas, y le pidió a la madre que se la comprara. -¡Mamá yo quiero esa cámara! ¡Cómpramela!- -No hija ya tienes la que te regalo tu padrino en tu cumpleaños, ya te llega con la que tienes, para qué quieres otra!- -¡ jo, Mamá pero esa no me gusta, tiene un dibujo de un perrito, parece muy infantil y solo puedo sacar cien fotos, esta en cambio es más bonita y puedo sacar más de dos mil fotos!- ¡ que no hija que es muy cara y estamos en crisis!- -¡ Mamá si me la compras te prometo que no voy a querer nada más por navidad!- -Bueno vale te la compro, pero estate callada en lo que queda de tarde y no pidas nada más, que ya te llega de sobra con la cámara que te voy a comprar y todos los regalos que te va a traer esta noche Papá Noel.-
Al decir esto, la madre le compró la cámara. Nosotros nos quedamos de piedra al ver esta escena, la educación que estamos a dar a nuestros hijos es la mejor de todos los tiempos.

Se nos empezaba a hacer tarde, por lo tanto decidimos comprarnos una bolsa de patatas y dirigirnos para casa, nuestros padres nos dijeron antes de marcharnos que hoy no podíamos volver tarde, porque tendríamos una cena familiar.
Como todos los años iba a ser la misma cena, los mismos invitados, las mismas comidas, los mismos postres, los mismos comentarios, el mismo jaleo…
Estábamos saliendo del hipermercado, cuando vimos a la misma niña de antes con su madre, ella le decía a la madre que tenia hambre, que quería comer algo, la madre le da un bocadillo que habían hecho en casa, pero la niña no se conformaba con un bocata de casa, ella quería ir a un restaurante o una cafetería que hoy es un día especial, que es nochebuena. La madre la coge y van a una cafetería que está allí al lado y le compra un bocadillo, de lo mismo que ella le daba antes cuando la hija se lo pidió, ese bocadillo si que lo comió la niña pero el otro no, debía de ser que el pan de la cafetería era pan fresco, que lo habían traído a las doce de la mañana y el pan del bocadillo que la madre le ofrecía era pan duro que se lo había traído el panadero a las nueve de la mañana.

Cuándo volví a casa mi madre me pidió que le ayudara en la cocina, que llevaba allí metida toda la mañana y parte de la tarde y que aún no había acabado, me mandó que fuese a preparar la mesa que los invitados estaban a llegar, yo le hice caso y fui a prepararla, mi hermana estaba delante del televisor viendo unos dibujos animados.
Estaba embobada viendo una película en la cual las protagonistas eran tres chicas que parecían tener menos de medio cerebro, eran chicas que aún eran niñas y se hacían pasar por chicas que se pasaban el día persiguiendo a un niño y que lo tenían todo: unos complementos de marcas conocidas y presumían de la marca, caros maquillajes que sus padres les habían comprado, hacían peleas tontas por cualquier cosa… en fin que yo cuando vi lo que mi hermana estaba viendo en la televisión le dije que me ayudara a preparar la mesa pero ella me contestó que no que no. Estaba viendo una película, yo la iba obligar a que me ayudara pero mi madre me dijo que la dejase que por lo menos, mientras estaba allí, estaba callada y no molestaba, yo pase de la historia y dejé que hiciese lo que quisiera, total a mi no m iba hacer caso.
Llegada la hora de cenar, todos nuestros familiares empezaron a llegar poco a poco, quedaran en llegar todos a las diez, pero, como es ya usual, siempre hay alguien que se retrasa a la hora de llegada a un sitio, esta vez fue la tía Hortensia, que se disculpó diciendo que llegara tarde porque no había ido antes a comprar los regalos para esta noche porque se le había olvidado de cogerlos antes, eso es lo que tiene la vagancia, es decir, que hay gente tan vaga que hasta le da pereza usar la cabeza.
La cena fue de lo más aburrida, como todos los años mi abuela le decía a mi madre que no cocina bien, que de todas las hermanas ella era la única que no había aprendido a cocinar, a mi madre no le importaba que su madre le dijese esto, lo único que no soportaba era que lo diga delante de la familia, otra de las manías que tenía mi abuela era la de contar las anécdotas de cuando mi madre y mis tías eran niñas, las contaba siempre que había algún tipo de reunión, contaba siempre las más vergonzosas y siempre las mismas, no había invitado que no las supiera ya.
Acabada la cena, como es ya de costumbre, los mayores se quedan en la cocina a jugar a las cartas, un juego divertido, hasta que alguien pierde muchas veces seguidas y empiezan los gritos que supuestamente son de broma  y nadie está molesto, simplemente después cuando a la hora de ir a acostarse cada persona comenta la jugada a su acompañante criticando la jugada, pero solo de broma, no vallamos a pensar mal.
La noche acaba en una cena familiar, pero después vine el día siguiente, debajo del árbol encontramos un montón de regalos que Papá Noel ha traído para nosotras, mi hermana la pequeña, de nueve años, abre los regalos ansiosamente y encuentra algunos que no son exactamente de su gusto y lo primero que pide al abrirlo es el ticket, para poder devolverlo.

Bueno esta historia se ha extendido un poco más de los que esperaba amigos, se que empecé hablando de la historia del centro comercial, pero me pareció interesante comparar a la niña de la tienda con su madre, con las cosas que hace mi hermana pequeña, y lo divertidas que pueden llegar a ser las tradiciones familiares.

No hay comentarios:

Publicar un comentario